La Biblioteca Pública Piloto de Medellín conserva en su Archivo Fotográfico y en su Sala Antioquia una apreciable cantidad de imágenes y de textos de artistas de la región. Queremos hacer un homenaje a este importante personaje de la plástica antioqueña.
Referente de las artes y la cultura colombiana de todos los tiempos; Pedro Nel Gómez nace en Anorí, cuna del poeta León Zafir, uno de los grandes escritores antioqueños, al igual que Teresa Londoño Mazo, servidora incansable de la comunidad, el también escritor anoriceño Arnoldo Estrada López y Monseñor Jesús María Urrea, entre otros.
Realiza estudios de Ingeniería y Arquitectura en Medellín, donde también estudia arte bajo la tutela de los maestros Montoya y Chávez, discípulos de Francisco Cano, considerado el primer artista profesional en Antioquia. En Bogotá hace su primera exposición de acuarelas. Su trabajo artístico adquiere gran profundidad cuando viaja a Europa estableciéndose en Florencia, Italia, donde asiste a la escuela del maestro Felice Careno. Hace un importante recorrido por el antiguo continente, especialmente París, Venecia y Roma.
De regreso en Colombia, desarrolla una técnica especial para sus frescos (logra que el colorido de sus trabajos permanezca fiel aún con el paso del tiempo; mezcla de conocimientos adquiridos e investigaciones personales); aunque también sobresalen sus trabajos en acuarela, óleo, grabado, escultura y sus especiales aportes a la arquitectura y desarrollo urbano de la ciudad de Medellín, basados en proyectos con amplia visión futurista.
En esta ciudad dirige el Instituto de Bellas Artes. Es invitado a exponer con más de 100 obras, en el Salón Central del Capitolio Nacional, entrando así por la puerta grande de los mejores artistas plásticos de Colombia.
Sus frescos de alguna manera, recuerdan a los muralistas Siqueiros, Rivera y Orozco, llegan a decorar los muros del Palacio Municipal de Medellín. La temática expuesta por el Maestro recorre la memoria de Antioquia y de sus gentes, representadas en obras como: Cosecha de Café, La Muerte del Minero, entre otras. Decora también, la cúpula del Aula Máxima de la Facultad de Ingeniería con una gran obra que bautizó como “Homenaje al Hombre”; también realiza el mural “La Historia de la Química” en las paredes de la Facultad de Química de la Universidad de Antioquia. Su arduo trabajo artístico queda plasmado, con hermosos y representativos murales, en escenarios muy importantes como: la Escuela de Minas de Medellín, el Banco Popular, el Banco de la República y el SENA, de la misma ciudad.
Participa en innumerables exposiciones individuales y colectivas, dentro de las que se encuentran la Exposición Internacional de Florencia, el I Salón de Artistas Colombianos, el Salón de Arte Contemporáneo del Museo Zea de Medellín, el Siglo XX y la Pintura en Colombia del Museo Nacional de Bogotá, Salón Bienal de Madrid-España, Galería de Arte Moderno de Bogotá, Galería del Conservatorio de Medellín, Casa de Las Américas en la Habana-Cuba, Galería El Callejón- Bogotá, Biblioteca de la Facultad de Minas de Medellín, galerías de Caracas-Venezuela, Moscú-Rusia, entre otras.
Su trayectoria, esfuerzo y logros son reconocidos, he aquí algunos de ellos: Es nombrado como Secretario de la Exposición de Pintores Latinoamericanos, Miembro de la Academia Colombiana de Bellas Artes, Ingeniero Civil de la Escuela de Minas de Medellín, dirige el Instituto de Bellas Artes de Medellín, es premiado en el Salón Nacional de Pintura “Tejicóndor”, es fundador y Decano de la Facultad de Arquitectura de la Escuela Nacional de Minas de Medellín, Profesor Eméritus de la Universidad Nacional, recibe de COLCULTURA el reconocimiento: “Aporte al Arte Nacional”; de la Sociedad Colombiana de Arquitectos recibe “Honor al Mérito”, de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros: la medalla “Juan de la Cruz Posada” como Socio Emérito de la SAI; recibe del Gobierno Nacional la Cruz de Boyacá, igualmente la medalla del Consejo Mundial de Paz. La Alcaldía de Medellín le confiere la distinción “Porfirio Barba Jacob”, desde el Concejo de Medellín recibe el “Cordón del Tricentenario”, construye la Casa Museo Pedro Nel Gómez, entre otras.
La destreza de su obra se encuentra magnificada en las diferentes tonalidades y formas que confluyen en ideas que han traspasado la brecha del tiempo. Sus trabajos atesoran mensajes de crudas realidades, fuerzas del imaginario popular, la natural belleza de nuestra tierra, todas ellas plasmadas de manera colorida e inobjetable dentro de la simbología del realismo con el que propicia un diálogo permanente, repito, desde lo natural, social y mítico, hacen parte importante de la historia del arte de nuestro país de todos los tiempos.
Con verdadero orgullo la Biblioteca Pública Piloto recuerda que entre las paredes de su Sede Central habita un fresco del Maestro (Homenaje a la Inteligencia Antioqueña), que bien vale la pena visitar. Es posible admirar en él no sólo los hermosos trazos de su obra, su especial composición y manejo de la luz, sino el mensaje dirigido a todas las generaciones de colombianos sobre la importancia de la cultura y el valor del pensamiento.
