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ORHAN PAMUK, UN REBELDE DE LA TRADICIÓN Y DE LA HISTORIA OFICIAL

Estamos en el año 2004, los diarios del mundo resaltan en sus titulares el llamado por parte de un juez al escritor turco Orhan Pamuk, tras las declaraciones de éste a un medio suizo en febrero de 2004, en la que Pamuk expresaba que “un millón de armenios y 30.000 kurdos fueron asesinados en Turquía” y que ese era un “tema tabú” en su país. Ante estas manifestaciones, el fiscal de Estambul, decidió acusar al escritor de “denigrar públicamente la identidad turca” y solicitar una pena de entre seis meses y tres años de cárcel, en virtud del artículo 331 del nuevo Código Penal turco. 

Recordemos que los gobiernos de Turquía llevan décadas negando tales sucesos acaecidos entre 1915 y 1923; aun en contra de la opinión internacional que cataloga el sacrificio armenio, como el primer genocidio del siglo XX y el segundo de mayor impacto, después del genocidio judío a manos del nazismo alemán. Recordemos que la palabra genocidio está asociada con la aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos.  

Existen abundante documentación y testimonios referidos al caso, donde se afirma que cientos de familias con niños y ancianos fueron arrojados al duro desierto y condenados a morir de inanición por la condición de haber sido cristianos ortodoxos en tierras turcas y musulmanas. Aun hoy las autoridades turcas niegan esta verdad histórica que ya no tiene ninguna duda entre la opinión internacional.   

Algo similar le ocurrió en Colombia al novelista Gabriel García Márquez con el suceso de la Masacre de las Bananeras, que García Márquez relata con una hiperbólica capacidad   en su novela de ficción Cien Años de Soledad. Un parangón que deja en claro que algunos políticos distorsionan la realidad a su favor y los grandes escritores y la buena literatura destapan las cicatrices y abren las heridas de la memoria que se resiste al olvido, aunque esas heridas arrojen sal al corazón de los lectores.   

Las reacciones de la prensa y de la comunidad internacional de escritores no se hicieron esperar. Esa mañana había arrancado entre una gran expectación acompañadas de manifestaciones de detractores de Pamuk. En las afuera del tribunal un grupo de ellos recibían al escritor al grito de “traidor” e “intelectual vendido”. Pero el novelista turco también recibió múltiples apoyos internacionales, entre ellos el de un grupo de destacados escritores como José Saramago, Günter Grass, García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Umberto Eco, John Updike o Juan Goytisolo, quienes hicieron público un comunicado de apoyo al escritor. 

Otro incidente similar le ocurrió al escritor y ensayista británico -estadounidense de origen indio Salman Rushdie, tras la publicación de su novela “Los Versos Satánicos”, lo que le acarrearía serias amenazas de muerte en 1989 y aunque las denuncias a Pamuk no estuviesen relacionadas al fundamentalismo religioso, las mismas procedieran de un país de la órbita musulmana, de nuevo se crispaba la atención internacional. 

Las denuncias y la persecución hicieron el efecto contrario, Pamuk se volvió una figura internacional, el mundo entero empezó a tomar en serio y con sentido sus relatos,  además las autoridades turcas empezaron a analizar el contenido de su obra y a cifrarla en código o metáfora. Se volvió sospechoso en su cultura y terruño,  pero para los lectores y las letras del mundo empezaron a ver en el  escritor turco una figura destacada. Dos años después en 2006 Orhan Pamuk recibirá la distinción de Estocolmo como Premio Nobel de Literatura.  

Ferit Orhan Pamuk  nación en Estambul un 7 de junio de 1952 en Nişantaşı sector Occidental de Estambul, ciudad otrora conocida como Bizancio, cuando éste era parte de las expansiones del imperio griego  y luego bautizada como Constantinopla, cuando es refundada por el emperador romano de oriente  Constantino I el Grande. Ubicada estratégicamente en el estrecho del Bósforo, allí se encuentra, se repelen y se besan Europa y Asia, según corresponda con la época y con las guerras de turno. El padre de Pamuk era ingeniero. Su familia lamentó cuando el joven Pamuk abandona sus tres años de estudios de arquitectura para dedicarse a la escritura, al igual que realiza estudios de periodismo. Viaja y se residencia en los Estados Unidos para ser profesor visitante  de la Universidad de Columbia.  

Pamuk se expresa de su infancia para un medio periodístico de España: “El Estambul de mi infancia era un Estambul en blanco y negro y quizás lo haya idealizado un poco en mi autobiografía. Sostengo que en el Estambul de hoy viven personas más felices, aunque la ciudad que hemos desarrollado no sea tan bonita con sus rascacielos, su hormigón, sus edificios asfixiantes, su tráfico, su contaminación. Mire este mar precioso que nos rodea. Mucha gente ya ni siquiera nada en estas aguas. Estas son cosas tristes, cosas que debemos criticar: la corrupción, el autoritarismo político, esta semidemocracia en la que vivimos, todos criticamos estas cosas. Pero, a pesar de todo, esta Estambul es mejor que la ciudad de mi infancia y, en ese sentido, no soy nostálgico. Pero claro, todos añoramos nuestra infancia. Es comprensible.” 

Su primera novela “Cevdet Bey y sus hijos” es un relato ubicado en 1905 y muestra las costumbres de un comerciante musulmán interesado en los negocios y en la prosperidad de su familia. Luego vendrán: La casa del silencio, El astrólogo y el sultán, El libro negro, La vida nueva, Me llamo rojo y Nieve, esta última publicada en 2001; cinco años antes de la consagración como Premio Nobel de Literatura. De este primer periodo destacaremos Me llaman Rojo, narrada en primera persona, con la peculiaridad de que cada capítulo cambia la voz del narrador y las perspectivas de los hechos. El relato muestra la decadencia del Imperio Turco en el siglo XVI, cuando el sultán solicita a sus ilustradores de confianza que a través de diversos lienzos le hagan un libro espectacular, pero con iconografía occidental. Sin embargo, la historia se ve ensombrecida por la traición y la envidia de un hombre que comete dos asesinatos y que al ser esclarecidos serán brutalmente vengados. Un libro interesante, bien documentado y en una prosa rica. Una extraordinaria novela, larga y profunda, digna de leerse. El propio autor, en diversas entrevistas  se autodefine, como un modernista en la escritura.  

Pamuk representa  la producción creativa y enriquecida de autores que supieron divorciarse de las antiguas forma de representar su mundo, ya sea este el mundo antiguo o clásico, hacia un trance evolutivo, donde el autor logra asumir el reto de escribir comprometiéndose con el lenguaje y con la posibilidad de describir esa otra cultura, más o menos similar a la nuestra, pero con matices. 

Luego de obtener el premio Nobel el autor construye nuevos relatos donde sus personajes se enfrentan a su propia forma de percibir el mundo en un entorno donde son fundamentales, la tradición, las normas y las costumbres. Llega el 2009, año en que se publica “El museo de la inocencia.” que  narra la historia de amor de dos jóvenes en Estambul a través de los objetos de la vida cotidiana, que operan como atrezos de la memoria.  

Para el 2015 publica “Una sensación extraña” otro relato novelesco que aborda el tema de la migración de la periferia a la gran metropoli, donde los personajes entrelazan sus sueños y quimeras con las características y las problemáticas de las polis. Llega el 2018, año en que la crítica recibe la novela “La mujer del pelo rojo”El relato nos ubica en una Turquía  contemporánea,  donde un  joven en transito hacia  la adultes  viene  transformándose de forma irreversible, y le sirve a Orhan Pamuk para regresar a los temas que han dominado una buena parte de su obra. En esta mezcla de fábula, relato mitológico y tragedia contemporánea, el autor vuelve a poner de frente las culturas de Occidente y Oriente explorando dos de sus mitos: el Edipo Rey de Sófocles y la historia de Rostam y Sohrab, inmortalizada por el poeta persa Ferdousí en la epopeya del Shahnameo.  

En el presente año 2022, pública su última obra, La noche de la peste. De esta obra comenta el profesor  German Guillón, santandereano y  catedrático emérito de Literatura Española y miembro del Amsterdam School for Cultural Analysis de la Universidad de Ámsterdam: “Cada novela de Orhan Pamuk (Estambul, 1952) supone una exploración de la existencia humana, realizada con la maestría de uno de los mejores escritores del presente. Familiarizan al lector español con una cultura que en principio nos resulta ajena, pero en la que descubrimos manifestaciones humanas semejantes a las propias. Pamuk vuelve en esta última entrega a crear un espacio, como hiciera en Nieve (2006), donde constatamos que la diferencia entre las personas más rudas y las gentes civilizadas resulta mínima. Detrás de las ideologías, las civilizaciones, el idioma o la religión que practiquemos, en el fondo existe un elemento común, la semejanza en las respuestas ante la injusticia o el deseo de ser querido.” 

Porque es indudable que uno de los grandes protagonistas de sus relatos es y será siempre el amor o la falta de éste.  

Frases de Orhan PamuK

  • “Un día leí un libro y toda mi vida cambió”
  • “Escribir novelas durante 40 años me enseñó a ser más respetuoso, más amable, más delicado, más cuidadoso, y a prestar atención a los detalles de la vida de otros.”
  • “El arte de la novela se basa ante todo en la compasión”
  • Orhan Pamuk
  • “Todos los estudiantes de derechas eran religiosos y todos los de izquierdas eran nacionalistas.”
  • “Treinta mil kurdos y un millón de armenios fueron asesinados en esta tierra y nadie se atreve a hablar de ello excepto yo.”
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