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Luz Posada de Greiff: maestra, investigadora y bibliotecóloga

Julia Luz Posada de Greiff nació en Yarumal Antioquia el 18 de diciembre de 1933. Se le considera en Colombia, como una pionera de la Bibliotecología. Sus padres fueron Marceliano Posada Puerta, un destacado intelectual de las artes y las letras, vinculado con la Universidad de Antioquia en calidad de tesorero y Fanny de Greiff Uribe, descendiente por línea paterna de los aventureros suecos que decidieron hacer patria en Colombia y de la cual están conectadas prestantes figuras de la literatura, las artes y la política nacional.

Entre las notas y anécdotas de la vida de Luz Posada se expresa que su padre, solía reunir a sus hijos para departir con ellos lecturas literarias, temas de filosofía y la lectura de la prensa local y nacional. En la década de los cuarenta, la familia Posada de Greiff se trasladó a vivir a Medellín. Don Marceliano, amplio conocedor de botánica y bibliófilo consumado, deseaba que sus hijos reciban los beneficios que proporcionan la instrucción y la formación superior y aceptó una oferta de trabajo, primero como docente y luego como rector del Liceo Antioqueño.

La pequeña Luz Posada comenzó a destacarse por su dedicación y disciplina como una sobresaliente estudiante. Terminó su bachillerato en el Instituto Central Femenino y recibió el reconocimiento como mejor bachiller de su promoción; mientras los centros de educación superior abrían cada vez más sus programas a las mujeres, quienes desde principios de siglo venían incursionando a un mayor número de estos.

En 1956 se crea la Escuela Interamericana de Bibliotecología, gracias al educador y medico antioqueño Ignacio Vélez Escobar. Un año después la Escuela inicia actividades con treinta y cinco estudiantes provenientes de varios países, uno de ellos es nuestra apreciada Luz Posada de Greiff. El espíritu de la Escuela centraba su esfuerzo en formar personas universitarias encargadas de organizar, transferir y difundir el conocimiento en instituciones culturales, bibliotecas, universidades y unidades de información; y pensarse como un proyecto educativo para Latinoamérica. Su fundación está relacionada, además, con la creación por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la ciencia y la cultura (Unesco) y el gobierno colombiano, de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para Latinoamérica, en 1952.

Para la consolidación de la Escuela se crea un Consejo Internacional, del cual hace parte don Julio César Arroyave, director por ese entonces de Biblioteca Pública Piloto, como lo reseña la Licenciada en Bibliotecología Bertha Nelly Cardona en su texto: Apuntes para una historia.

En la década de 1960, Luz Posada recibe su titulación como profesional en bibliotecología, durante sus años de estudiante combina la academia con empleos como secretaria de una compañía de seguros y posteriormente como su bibliotecaria, además labora en el Centro Colombo Americano de Medellín. Ya titulada es invitada a ser parte de un equipo bibliotecario, al lado del expresidente Eduardo Santos, para trabajar en Bogotá como profesional en la Biblioteca, de la Academia Colombiana de Historia, de la cual el expresidente era su director emérito.

Posteriormente, no sabemos el motivo o las circunstancias, Luz se vincula con la Biblioteca Pública “Robbins” en Arlington, Massachusetts. La Biblioteca Robbins con una tradición de más de doscientos años la contrata como Asistente de Circulación y Préstamo inicialmente, y posteriormente, como Asistente de Procesos Técnicos.

Regresa a Colombia y se vincula desde 1964 y hasta 1970 con el Centro de Información de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), oficio que combina con la docencia universitaria en diversos centros de educación superior. En la ANDI, conoce al doctor Gabriel Poveda Ramos, por entonces director del Departamento en temas económicos y quien

posteriormente ocuparía los cargos de: vicepresidente técnico, asesor técnico y miembro de la junta directiva en la misma agremiación. Así lo expresa la bibliotecóloga y amiga de Luz Posada, Martha Valencia, quien trabajó en la (ANDI) a partir de 1967 y para quien Luz Posada, era allí, su superior inmediata.

“Tenía una gran capacidad para transmitir y enseñar. Ella fue mi jefe por 3 años en la Biblioteca de la (ANDI). Su amor por la profesión, su manera sencilla y práctica para trasmitir sus conocimientos; dejaron una huella en mi desempeño profesional por siempre.

De la Biblioteca de la (ANDI), Luz Posada pasó a ser la asistente de investigación de Gabriel Poveda Ramos, como asistente bibliográfica y correctora de sus investigaciones. Él le decía “Niña Luz”, cariñosamente”.

Jairo Morales Henao, escritor antioqueño, conoció y trabajó con Luz Posada de Greiff, cuando esta se incorporó como bibliotecóloga de la Sala Antioquia de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín:

“Ella llegó, según mis recuerdos, por allá en 1987. Ya nos encontrábamos en la Sala Miguel Escobar Calle y yo, Miguel era el curador. Estábamos en la primera etapa, porque la Sala comenzó a funcionar en 1985. Estábamos en el proceso prácticamente de montar los libros, las revistas y las otras adquisiciones. Era una primera organización no rigurosa, para que los investigadores pudieran encontrar la información.

Ella llegó con Miguel Escobar, se encontraban realizando un proyecto para el Banco de la República, era realizar un inventario de la caricatura en Antioquia en los siglos XIX y XX, ambos ya tenían experiencia y reconocimiento en ese campo, por eso el Banco les asignó esa investigación.

Concretamente a eso, es que recuerdo como llego ella a la Sala, era pues trabajar en una investigación de revistas y periódicos, rastreando los caricaturistas en Antioquia, elaborando fichas. Era una compilación muy laboriosa. Dejó las caricaturas, reunidas en carpetas, elaborando biografías y carpetas con las caricaturas de cada autor. Finalmente, la investigación se realizó, pero no hubo presupuesto para publicarlas.”

De investigadora se quedó como la bibliotecóloga de la Sala. A doña luz le apasionaba las bibliotecas y consideraba que todo era aprovechable y que todo papelito, tarjeta, había que organizarlo y clasificarlo. Una hojita parroquial o un folleto, o la novena de un Santo. Todo eso era información que algún día tendría valor, digámoslo, valor para un investigador. Entonces la investigadora se quedó de bibliotecóloga, ya era una persona de una amplia experiencia, se conocía como ninguna todas las bibliotecas y los centros de información de la región.

Jairo Morales: “Yo creo que el trabajo de ella se convirtió en una escuela para los demás bibliotecarios y bibliotecólogos que llegaban a la Sala. Puedo decirles que quienes tuvieron contacto con ella siempre encontraron una disposición de su saber, como quien ingresa a una maestría.

La Sala Antioquia todavía está llena de papelitos de ella con indicaciones, ¿qué hacer con este documento?, ¡guardarlo!, escribía la fecha rigurosamente, la fecha y el medio en que había aparecido el documento.

Era una persona muy lectora. Valoraba mucho la identidad bibliográfica de la región antioqueña, no solo el libro, sino toda clase de documentos”.

El aporte de Luz Posada a la historiografía fue ampliar el vértice de fuentes bibliográficas, por otras más relacionadas con la antropología y la sociología. Era su inclinación particular, cuando se revisaba una biblioteca donada a la BPP por la familia de alguna personalidad destacada, conservar aquellos objetos o piezas no bibliográficas como las tarjeteas de visita y las esquelas de obituarios, costumbres copiadas por la Sociedad Antioqueña de la aristocracia europea hasta principios del siglo XX. Esos objetos no libros, aún se conservan y consultan en la Sala Antioquia de la Piloto.

 

Laboró como asesora para la fundación de bibliotecas en Antioquia y Córdoba. Sobre estos temas escribió para revistas universitarias y para algunos proyectos en artículos y textos como: La Biblioteca especializada para una escuela textil, La ANDI y la Industria en Colombia, Alberto Lalinde Arango, Las Bibliotecas en Antioquia, Panorama de la caricatura en Antioquia en el siglo XX, la prensa, periódicos y diarios, Historia de las Bibliotecas, Andrés Posada Arango, su vida y su obra; Antonio José Robledo Ceballos, Campo Elías Arango, entre otros.

Recibió por su labor números reconocimientos, unos por parte de la academia, otros por la municipalidad y el Departamento. Por su avanzada edad, fue concentrando su incidencia en los contornos de su hogar y solo se desplazaba cuando fuera estrictamente necesario. En sus últimos años y gracias a sus colegas se conectó y entusiasmó con el Programa Tecnología en Gestión Bibliotecaria, abierto por el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y su red de bibliotecas.

El 18 de febrero del 2023, medios locales y nacionales registraron el deceso de Luz Posada a los 89 años. Muchos años han pasado desde que Luz Posada, pionera en Bibliotecología, quiso sumarse y aliarse con quien quisiera fundar, desde una biblioteca personal, la biblioteca de un gremio, la de una factoría textil, hasta llegar a las bibliotecas públicas y universitarias de nuestro tiempo. Creemos que el panorama no sería el mismo sin la existencia de esta dama de la información y el conocimiento. Luz Posada debe habitar el mismo paraíso que se imaginó para sí, el venerable maestro, Jorge Luis Borges en forma de una Biblioteca.

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