Dickens amaba la Navidad, pero su más famoso personaje navideño, Ebenezer Scrooge, no era muy feliz y especialmente en esas fechas. El autor de “Un cuento de Navidad” conoció las limitaciones de la pobreza, siendo miembro de una familia sin muchos recursos. A pesar de la escasez, esta época del año era una de sus preferidas.
Su padre se distinguió montando obras de teatro frente a sus hijos y uno de sus antiguos maestros, por las celebraciones que organizaba para la festividad.
Scrooge, personaje del relato, es un anciano avaro y explotador que es visitado por el fantasma de su antiguo socio, Jacob Marley, y luego por los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura. Como en un acto premonitorio, donde navidad que no se disfruta, se pierde en el tiempo, y por saber, que el espíritu esencial de la navidad no es poseer sino compartir.
Es indudable que un autor de relatos donde los niños son los protagonistas no dejaría de recrear una celebración donde el centro de la fiesta son los niños.
CHARLES DICKENS
Dicen que un trozo de buena literatura puede arrojar más datos de una época que otras técnicas de escritura. Así parece ocurrir en la obra del escritor británico Charles Dickens.
Dickens nace un 7 de febrero en 1812 en pleno auge de proceso de industrialización y vivirá hasta 1970 cuando está en su esplendor el reinado de la Reina Victoria, también conocido como la era victoriana.
Maestro de la narrativa y el relato realista, sus dos obras más famosas Oliver Twist y David Copperfield encarnan los vacíos de atención y de protección de algo tan valioso para nuestra sociedad como son los derechos del niño. Su autor se destacó por incluir elementos sociales y autobiográficos con una buena dosis de dulzura, compromiso y solidaridad con las precarias condiciones de vida de los niños protagonistas, héroes centrales en sus relatos. En Oliver Twist, probablemente la más famosa novela inglesa del Siglo XIX, se denuncia la vida criminal y abusiva de los bajos mundos, acompañada de una acida crítica de la sociedad inglesa de la época. La obra de gran éxito debido a la tierna historia que contaba la infancia del pobre Oliver criado en un orfanato y que padece la explotación laboral y el trabajo infantil en manos de unos abusadores adultos y que acaba viviendo felizmente con un pariente adinerado.
Otra de las características del autor es su capacidad descriptiva, lograr pintar con sus palabras las condiciones ambientales de una Londres contaminada y oscura, o la capacidad de narrar el paso del tiempo en un atardecer y una puesta de sol.
Otros autores realistas se sirvieron de la novela para criticar duramente a la sociedad y al sistema, pero en la obra de Dickens no se advierte una abierta intención crítica, más bien un retrato a manera de fresco lleno de detalles de la sociedad. Lo que no se discute es la maestría descriptiva de la vida real y el entorno y en la precisión de los detalles, características “sine qua non” del realismo.
Dickens denuncia además en Oliver Twist las precaria situación de los orfanatos y el maltrato que se daba a los acogidos en ellos, la delincuencia y la marginalidad de Londres y el triste papel del sistema judicial, que no dudaba en castigar severamente a un pobre chico con el mismo rigor con el que se castigaba un adulto.
Algunos autores sostienen que en aquel periodo en realidad no existía el concepto de infancia como lo entendemos ahora. Los niños se vestían como pequeños adultos y el trabajo para éstos era un péndulo que oscilaba entre el abuso y la explotación.
A diferencia de muchos escritores ingleses del siglo XIX, provenientes de una clase social alta, Charles Dickens no tuvo una infancia precisamente fácil, lo que despertó su empatía hacia las clases más marginales, y sobre todo hacia los crueles tratos de los más vulnerables, los niños.
Aunque las penosas experiencias que el pequeño Charles se vio obligado a atravesar durante los primeros años de vida, no se describen directamente en ninguna de sus relatos, sí están presentes a través de las experiencias de sus pequeños héroes.
Hijo mayor de una familia humilde, algunos de sus antepasados habían servido a la nobleza. Su padre era díscolo y poco medido en los gastos. El pequeño Charles gustaba de pintar y de dibujar; cumplido los nueva años alcanza a tener algo de escolaridad, pero pronto debe abandonarla para convertirse en cabeza de familia. Su padre, producto de sus deudas, es apresado y el pequeño deberá trabajar en una factoría de betunes.
A la edad de 15 años él y su familia se trasladan a Londres e incursiona como empleado en un bufete de abogados. Cumplido los 17 años desea hacerse periodista de tal manera que se forma como taquígrafo, para poder transcribir sus crónicas periodísticas en forma rápida y ágil. Pronto ira ganando prestigio en el oficio periodístico.
Su versatilidad con la escritura le ganan fama y es contratado para realizar relatos por entregas, que sus lectores esperaban ávidos de conocer los desenlaces de sus traviesos personajes.
Por intentos de plagio y de abusos respecto a su obra, Dickens es uno de los primeros autores en trabajar por los derechos de autor.
Dickens con sus palabras y relatos logro transmitir y recrear el espíritu de una época y como algunos interpretes de su obra afirman, logró mostrar el lado amargo de un imperio, el de los marginados y desposeídos; el de las almas torturadas por la industrialización y la explotación.
En 1870 muere el escritor, sus restos reposan en la abadía de Westminster, lugar destinado para los monarcas y la nobleza. En su epitafio de Westminster puede leerse: “Fue un simpatizante del pobre, del miserable y del oprimido, y con su muerte el mundo ha perdido a unos de los mejores escritores ingleses”.
En el 2020 se realizó en conmemoración de los 150 años de su muerte, en la abadía de Westminster, un deslumbrante homenaje al autor de Un Cuento de Navidad con la realización en la fachada de la iglesia de una proyección de un “videomapping” con las ilustraciones y los texto de las obras del autor. El espectáculo visual se encuentra publicado en Youtube. Todos los que hemos sido niños y felices debemos mucho a la obra de Charles Dickens.
- “Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender”
Charles Dickens
- “La felicidad es un regalo que debemos disfrutar cuando llega.”
Charles Dickens
- “Espero que el amor verdadero y la verdad sean finalmente más fuertes que cualquier infortunio”
Charles Dickens
- “Nadie que alivia los males de otros es inútil en este mundo”
Charles Dickens
- “No hay nada tan fuerte ni seguro durante una crisis en la vida como la verdad”
Charles Dickens