Nuevamente el mundo audiovisual se ve agitado por la aparición de un nuevo filme basado en la obra del escritor de ciencia ficción y ecologista Frank Herbert. Su colosal obra DUNA del género de la ciencia ficción aparecida en 1965 llevaba en gestación unos 13 años de vida para su autor.
Algunos de sus seguidores literarios afirman que la idea le surgió en 1953 cuando Frank siendo periodista y ambientalista decidió realizar un artículo sobre el control de dunas de arena que arrasaban cultivos. Era uno de muchos desastres provocados por el monocultivo que afectaron gran parte de la agricultura norteamericana.
Aunque para la fecha, el fenómeno ya estaba siendo mitigado, el mismo podía aparecer en algunas poblaciones. El “Dust Bowl” o Cuenco de Polvo fue durante los años treinta uno de los más devastadores fenómenos de la naturaleza, uno de los más grandes de la Historia de Estados Unidos y del siglo XX y se debió en gran parte, a la acción del hombre.
El fenómeno había causado el desplazamiento de tres millones de personas y agravó la Gran Depresión que sufría los Estados Unidos en la década del treinta. Algunos testigos y desplazados del fenómeno afirmaban que las tormentas alcanzaban alturas descomunales de 50 metros impulsadas por potentes ráfagas de viento, que oscurecía el cielo por horas y días, ahogando animales y arrasando toda vegetación. Lo que antes eras extensas praderas verdes se transformaron en desérticos océanos lunares, grises y opacos.
Herbert en la preparación de su novela DUNE había consultado unos 200 libros y en uno encontró una definición de la ecología, como la ciencia de entender las consecuencias.
Frank Herbert nació en 1920 en Tacoma, Washington sus padres que vivían en el campo lo relacionaron con la naturaleza, pero el pequeño combinaba los deberes del campo con la lectura.
Cumplidos los 19 años se traslada a Salen a vivir en casa de sus tíos quienes eran más propensos a la educación y formación de su sobrino. Realiza algunos estudios superiores que nunca terminan y decide incursionar en el periodismo. En 1940 se casa por primera vez para separarse tres años después. En tiempos de la Segunda Guerra Mundial se alistó en la marina y estuvo un tiempo como fotógrafo para el ejército. Más tarde acude a clases de escritura en la Universidad de Washington, centro de Seattle en el que estuvo por un breve tiempo.
En 1946 contrae matrimonio con una compañera de estudios, Beverly Ann Stuart, con la que tiene dos hijos: Brian (nacido en 1947) y Bruce (1951).
En el año 1952 convencido de sus capacidades como escritor y asentado en el estado de California, publicó en la revista Startling Stories su primer cuento de ciencia-ficción, titulado “Buscando Algo”. Fue el primero de varios cuentos que Herbert alcanza a publicar en revistas “Pulp” o publicaciones populares de bajo costo y de encuadernación rustica durante la década de los 50.
Para 1956 pública su primera novela: “El Dragón En El Mar” (1956), materialización de un serial con una historia en un submarino atómico. Tres años después publica la novela corta “Operation Almiar” (1959), su primera incursión en relatos de amenazas galácticas.
El mismo año apareció el cuento “Missing Link” (1959) y en 1961 publicó la novela corta “Try To Remember” (1961).
Se afirma que existen 21 libros escritos sobre la saga de ciencia ficción Duna, de los cuales su autor original escribió los primeros seis, los restantes pertenecen a sus herederos que quisieron ampliar este universo paralelo con “secuelas”, obras que le dan continuidad al universo de Frank Patrick Herbert o por “precuelas” relatos o acontecimientos recreados antes de la aparición del contexto original de la obra central.
Dicen algunos interpretes de los relatos de ficción que estos dicen más de la época en que fueron escritos que del tiempo que tratan y para cierto sector de la critica en Duna ocurre algo similar.
Esther Peñas periodista, poeta y escritora española. Licenciada en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense afirma respecto a Duna: “Hace cincuenta y tres años, una distopía escrita por el estadounidense Frank Herbert se convirtió en una obra de culto. Como tantas narraciones, se anticipó a su tiempo, en esta ocasión para advertir de las consecuencias de un desarrollo salvaje que saqueará los recursos naturales. Un saqueo sin mesura. Hablamos de Dune, que se inició como novela y terminó en saga, una historia compleja que combina la política, el poder, la distribución de la riqueza, la ecología y el amor, para tejer un mosaico fieramente humano sobre la ética, desde una perspectiva moderna y progresista.”
La obra Duna incluso ha sido considerada como arquetipo de otras narraciones y ficciones llevadas al cine, incluso sus realizadores no han negado el poderoso imán de coincidencias que comparten con esta obra, no son plagios sino homenajes, pues sus realizadores han sido plenamente consientes y no niegan la poderosa atracción que sus relatos comparten con la Duna de Herbert, ellos son: Aliens de Ridley Scott, La Guerra de las Galaxias de George Lucas, Contacto de Robert Zemeckis, Blade Runner de Ridley Scott y Prometheus, El Exterminador y Matrix, de factura más reciente.
Alejandro Jodorowsky artista y director de cine de Vanguardia, un gran ilustrado de los siglos XX y XXI por sus múltiples saberes y oficio, fue el primero en intentar llevarla al cine en 1970. El elenco que pretendía y logro recoger Jodorowsky lo encabezaban verdaderos monstruos de la cultura y el celuloide: el actor, director, guionista y productor estadounidense Orson Welles, el pintor surrealista español Salvador Dalí, el ilustrador inglés Chris Foss, la banda inglesa de rock Pink Floyd y el artista gráfico y escultor suizo H. R. Giger. Un colosal grupo de luminarias que complementaba con el artista y dibujante francés Moebius. Una pléyade de figuras que espantaban la posibilidad de una inversión segura. El proyecto se abandono inconcluso dejando en la expectativa a millones de seguidores.
Un segundo esfuerzo corrió a cargo del magnate de la producción Dino De Laurentiis quien en compañía de su hija apoyaron la realización de un segundo filme esta vez dirigido por el estadunidense David Lynch, director y guionista con un universo particular en sus relatos. El filme programado por su director para un metraje inicial de ocho horas fue reducido por el propio Lynch a cinco para su exhibición comercial. Sin embargo, de Laurentiis e hija le obligaron a hacer una versión de 137 minutos dejando el relato y su trama a una mínima expresión. “Este inconveniente con Dino de Laurentiis provocó que Lynch acabara aborreciendo la película”; además de prometerse no volver a trabajar nunca más con grandes productores. De todas maneras, el prestigio del director dejo un halo de seguidores porque en el filme perduraban muchas de las escenas y personajes de su autor original.
Herbert fue un hombre congruente con sus convicciones y preocupaciones. Sus últimas dos décadas las vivió al lado de su familia en ‘‘una granja biológica”, cerca de Washington y luego en la paradisiaca Hawai, con una forma de vida autosuficiente y en pleno contacto con la naturaleza.
Antes de dedicarse a la literatura, consideró ser historiador y desempeñó varias profesiones, desde fotógrafo y camarógrafo de televisión hasta pescador de ostras. También ejerció el periodismo. Su novela obtuvo numerosos reconocimientos y su valor y esfuerzo hoy son recompensados gracias a las nuevas ediciones de su obra y a sus diversas versiones cinematográficas.
Ahora nos encontramos frente a una nueva adaptación del canadiense Denis Villeneuve, quien con mayores recursos técnicos que sus antecesores, le dio vida nueva al universo de conspiraciones y de conflictos por un recurso vital para la vida tan valioso como el agua. Como se pudieron dar cuenta nuestros lectores no hablamos del hilo argumentativo, evitando los “spoilers” o revelaciones de la trama de la novela y el relato cinematográfico. Solo diremos que para quienes disfrutamos de la ciencia ficción y su relación con el medio ambiente, que está trama del libro o filme les gustará. Como colofón diremos que los productores de esta nueva versión cinematográfica piensan publicar próximamente, el segundo y definitivo final.
Frases de Frank Herbert
- Es horrible pensar cómo tanta gente cree que no puede aprender, y cómo más gente aún cree que el aprender es difícil. …
- Una buena causa no hace que la guerra sea justa. …
- No conoceré el miedo. …
- “La educación viene de las ciudades, la sabiduría del desierto.”
- “El respeto por la verdad es casi el fundamento de toda moral.”