Entre la puerta de acceso del costado norte de la Biblioteca Pública Piloto, y la hermosa Sala Infantil Pedrito Botero, se encuentra dispuesta la colección de comics e historietas de la BPP, una de las nuevas apuestas de nuestra querida Piloto renovada. Muchos aun hoy se preguntarán ¿qué hace una colección de historietas, gráficas y viñetas entre las paredes de una biblioteca?
¡Pues lo mismo que esperan los libros! … ¡lectores, lectores y lectores! Es indudable que, por su irrupción popular, el cómic y la historieta han padecido una suerte de subvaloración como medio de lectura, concepto que poco a poco viene evaporándose.
El espacio posee mesas de dibujo donde permanentemente algunos usuarios dejan sus trabajos, para que otros lo continúen o entretengan su mirada; acompañados de unos puffs azules donde se apoltronan muchos en cuerpo y alma.
Este mundo ilustrado es tan vasto que junto a Supermán y todos los super héroes podemos hallar libros y gráficas de obras universales: Moby Dick, El Principito, el Hombre de la Máscara de Hierro, entre muchos otros.
El cómic es pariente de la pintura, la literatura, el cine, la arquitectura y la propaganda. Hoy más apreciado que temido, pues en otros tiempos, sobre todo en la cultura norteamericana, fue materia de censura y desprestigio. Como les ocurrió a otros medios, más prejuiciados que conocidos, como el cine, la televisión o los videojuegos.
El cómic en Norteamérica tal vez cuna o casa constante del estilo y técnica de este llamado noveno arte; se volvió durante algún tiempo la Caja de Pandora y madre de todos los males sociales.
Nadie niega que hay en su simiente un halo de contracultura, irreverencia, insolencia y provocación, muy común entre las expresiones del arte no conectadas con circuitos comerciales.
Incluso artes más representativos se han servido de técnicas gráficas para dar forma y servir de molde, de preámbulo y hasta de residuo del proceso. Nadie olvida los dibujos de Da Vinci, Goya, Picasso o Van Gogh, o los bocetos de Alfred Hitchcock en sus Storyboards.
Incluso su difusión ha estado controlada y regida bajo estándares de certificación y aprobación, sobre todo en Estados Unidos, lugar en donde no se tenía establecida una restricción en cuanto a sus contenidos explícitos de violencia y contenido sexual. La ‘Comics Code Authority CCA, en español Autoridad de Código Cómic, fue la encargada de adelantar esa regulación, sobre todo pensando en los menos de edad. En nuestro país, ya muchas de nuestras publicaciones tienen esta certificación.
Aunque se piense que ésta es solo una afición para jóvenes, hoy queremos presentarle a uno de los usuarios más constantes de esta colección en La Piloto, su nombre Frederick Jhon Frankel Novak, asiduo lector y amplio conocedor del cómic. Para darle vida a esta nota le preguntamos a uno de nuestros referencistas sobre alguien que pudiese hablarnos de la colección de comics de la Piloto y no vaciló en decirnos: “¡Le tengo el personaje, tiene un nombre raro, pero le gusta que lo llamen Federico!”
Federico, nuestro querido usuario, trabajó en un colegio bilingüe y accedía a cómics en inglés para mejorar su segunda lengua, por tener padres bilingües éste se interesó en aprender otras lenguas y el cómic fue un excelente medio. Recuerda que su primer cómic coleccionable fue Supermán.
Es coleccionista desde pequeño y se encuentra sorprendido con todo lo que ha hallado en la colección de La Piloto. Es egresado de Administración de Negocios de EAFIT. Trabajó en una empresa en Copacabana durante 20 años y luego decidió dedicarse a la docencia del inglés. Federico vivió durante una temporada en Robledo y tenía este gusto por el cómic desde pequeño en compañía de sus primos. Reconoce que esta afición no era muy accesible en términos económicos. Manifiesta en nuestra conversación que La Piloto tiene entre sus colecciones de cómics verdaderas joyas. Lleva una libreta rigurosa con las colecciones que posee y de las que ha tenido la oportunidad de leer, entre las que ha logrado prestar en La Piloto.
Federico tiene un conocimiento cultural de mundo del cómic vasto. En nuestro diálogo mencionó los nombres de Jack Kirby, quien desde los años 30 del siglo pasado, dio vida a superhéroes como Hulk y fue graficador de Supermán durante más de una década. Federico reconoce que el cómic es ahora una poderosa y costosa industria y que la Biblioteca con estas colecciones democratizará su acceso. También nos mencionó la trayectoria de Joe Shuster otro destacado ilustrador norteamericano.
Federico, quien puede estar rondando los 70 años, posee un entusiasmo por el cómic y la colección de La Piloto le proporciona una fragancia juvenil única. Personajes como él rompen con el estereotipo de ubicar en esta colección solo y exclusivamente a jóvenes lectores.
Esta es pues la Sala Juvenil de la Biblioteca Pública Piloto, la de Federico el coleccionista, la del alma joven, la que espera a todos los amantes de ilustraciones, aquella que espera tu atención, lectura y mirada.
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