¡Cartas a Papá Noel de J.R.R Tolkien es quizás uno de los regalos más hermosos de la literatura, su autor: Un padre que quiso darle a sus hijos toda su capacidad creadora y alimentar en ellos el espíritu de la fraternidad y del amor!
Todo lo que escribió Tolkien lo escribió pensando en sus hijos, fue entonces cuando un grupo de editores encontraron grandes posibilidades en su literatura. Pero casi todas sus obras eran más un juego de posibilidades y de distracciones para con sus hijos como en el caso del libro, apropiado para estas fiestas navideñas: “Cartas a Papá Noel.” Escritas entre 1920 y 1943 su autor se refugia en la figura bonachona de San Nicolás para comunicarse desde la imaginación con sus hijos. Es con Priscila, su última hija de 14 años, con la que TolKien clausura su relato epistolar. En el libro se pueden apreciar no solo las cartas originales sino dibujos, bocetos y trazos como objetos vivos de su relato, con los cuales, posiblemente el autor conectaba a sus hijos con los mundos posibles, vividos entre los personajes de sus relatos.
Todos los años en el mes de diciembre, los hijos de J.R.R. Tolkien recibían cartas de Papá Noel. El libro en sus múltiples ediciones recoge y presenta todos los extraordinarios dibujos y cartas, desde la primera nota para su hijo mayor en 1920 hasta la última y conmovedora correspondencia con su hija en 1943.
Conviene recordar quién realmente fue San Nicolás: conocido como San Nicolás de Myra (en Oriente, por su lugar de fallecimiento) o San Nicolás de Bari (en Occidente, por el lugar donde fueron trasladados sus restos) fue un obispo que vivió en el siglo IV. Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y como en alemán se llama “San Nikolaus”, lo empezaron a llamar Santa Claus.
Se cuenta que, siendo aún joven, se compadeció de un hombre que tenía tres hijas y había caído en la más absoluta miseria. Para apoyarlo, Nicolás, que había heredado una fortuna, dejó caer por la chimenea unas monedas de oro que coincidentemente cayeron en unas medias de lana que las jóvenes habían dejado secando; de ahí, se dice, la tradición de colgar las medias tejidas que sirven para recibir regalos en Navidad.
Todo aquel que conserve la luz de la navidad no podrá parar de leer las anécdotas de los tragos que habitaban las cuevas debajo de la casa o cómo los renos se escaparon esparciendo los regalos por todas partes.
Cartas de Papá Noel, de J.R.R. Tolkien, es un libro hecho por el amor a los hijos . Cada carta es un gesto imaginario, creado y construido por la inmensa capacidad de su autor, por la ternura que solo puede desplegar un hombre de formación y doblegado por el amor hacia sus hijos. Es probable que la mirada de los hijos de Tolkien se abriera hacia ese infinito detalle de amor, que solo es posible en la recreación de las cosas más hermosas de la vida. De fingir la ternura de Santa, San Nicolás o de Noel ya plegados y ligados para siempre a nuestra visión de la Navidad.
John Ronald Reuel Tolkien (J.R.R. Tolkien nació el 3 de enero de 1895 en Bloemfontein en el Estado Libre de Orange, hoy Sudáfrica. Su madre, siendo este aún un niño y tras el fallecimiento de su esposo, decide retornar a Inglaterra. Él y su familia se establecen por un corto periodo en Sarehole, cerca de Birmingham, un pequeño poblado donde aún se conservan los viejos molinos empujados por el agua para moler, el trigo del pan de sus pobladores. Esta hermosa zona rural causó una honda impresión en el joven Tolkien y sus efectos pueden verse en su escritura, recordemos la Comarca de los Hobbits y en algunos de sus cuadros y bocetos.
La madre de los Tolkien Mabel, falleció en 1904; él y su hermano quedarán a cargo del padre Francis Morgan, un sacerdote del Oratorio de Birmingham.
J.R.R. Tolkien es matriculado en el King Edward’s School, escuela de secundaria, creada por el Rey Eduardo a mediados del siglo XVI y quien debió sacrificar a gran parte de sus jóvenes en la primera de las dos grandes Guerras Mundiales; allí J.R.R. Tolkien desarrolló su amor por los dialectos e idiomas; como más adelante lo demostrará al inventar sus propias lenguas en su personal universo literario; también por esta época conoce a Edith Bratt, con quien se casará en 1916. En King Edward’s School todavía ven con orgullo el paso del autor del Señor de los Anillos como una muestra de rigor, calidad y tradición de uno de sus más preciados alumnos.
Cuando estalló la primera guerra mundial en 1914, J.R.R. Tolkien era todavía un estudiante en Oxford. Se graduó al año siguiente, con un sobresaliente en Inglés y poco después fue enrolado como teniente en los Lancashire Fusiliers. En 1916 combatió en la batalla del Somme, pero cayó víctima de la fiebre de las trincheras y fue devuelto a casa como no apto para el servicio.
Tolkien fue uno de los mejores filólogos de su época y gran parte de su vida laboral transcurrió en Oxford, primero como profesor de anglosajón y luego como profesor de lengua inglesa y literatura. Al mismo tiempo, en privado, trabajaba en el gran ciclo de mitos y leyendas que más adelante se publicaría con el título de El Silmarillion. Edith, su esposa y él tuvieron cuatro hijos, y en parte fue para ellos por lo que escribió el cuento El Hobbit, publicado por Allen & Unwin en 1937. Tuvo tanto éxito que el editor quiso tener en seguida una secuela, pero no fue hasta 1954 que apareció el primer volumen de la obra maestra de Tolkien, El señor de los anillos, con un éxito inmediato. Su enorme popularidad lo sorprendió.
Aparte de su reconocida labor en el campo filológico, recordemos que un filólogo se encarga de estudiar la lengua, comprobar su evolución, y giros. Un filólogo como Tolkien sabe que una expresión puede cambiar de acuerdo con el tiempo, la época y la sociedad.
Se trata de una especialidad muy valorada para el aprendizaje de los idiomas y la industria editorial.
Tolkien es considerado uno de los autores más importantes del siglo XX. “Padre” de la literatura fantástica por los estudiosos del género, consiguió revolucionar el panorama literario de habla inglesa con la publicación de El hobbit y El señor de los anillos (1954-1955). En sus novelas, Tolkien recrea un universo mitológico plagado de hombres, orcos,enanos, elfos y otras criaturas singulares que habitan y deambulan por lugares desconocidos e insólitos. Para ello, el filólogo recurre a un vasto telón de fondo de narraciones míticas desarrolladas durante un período de más de treinta años. Su excelente prosa y su capacidad de imaginación portentosa permiten al lector sumergirse en un mundo de fantasía que, sin embargo, guarda estrecha relación con nuestro mundo real; como lo señala el escritor y estudioso canadiense David Day “en la Tierra Media, Tolkien no crea un mundo imaginario, sino una historia imaginaria de nuestro propio mundo”
Frases de J.R.R. Tolkien
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