Escribir es un acto de valentía. Tener algo para decir y atreverse a tomar una hoja en blanco es una virtud de quiénes no temen al pánico que puede causar la intimidad de la creación literaria. Se dice que para unos las ideas fluyen y aterrizan como una pluma danzando con el viento. Otros, le huyen al hecho de desnudar su alma con la sola acción de tomar el lápiz y el papel.

Si observamos bien, todos hemos sido narradores de historias a lo largo de nuestras vidas. ¿Cuántas veces no escuchamos a nuestras abuelas o mamás ‘echar chisme’ tomando tinto en la sala de la casa? Porque así fue como empezó todo. En el mundo clásico antiguo, las noticias las llevaban los oradores entre pueblo y pueblo, quienes reunían a toda la comunidad alrededor del ágora, para contar historias de héroes y los mitos que los envolvían. De allí nace la narración oral.

Sin embargo, la necesidad por plasmar en físico lo que se creaba a partir de estos espacios, siempre estuvo latente, gracias a todo lo que tuvo que pasar a lo largo de la historia: los jeroglíficos, el pergamino, los símbolos, las letras, la imprenta, los códices, entre otros. Por eso hoy tenemos la oportunidad de vivir la incomodidad que representa la hoja en blanco y tener la certeza que, gracias a eso, podemos leer y conocer a muchos de nuestros escritores favoritos.

Para la Biblioteca Pública Piloto reflexionar sobre el arte de la escritura durante este mes, es fundamental no solo porque el 23 de abril se conmemora el Día Mundial del Idioma, sino que ese mismo día nació el escritor antioqueño Manuel Mejía Vallejo, nuestro personaje del mes y a quien celebraremos durante este año, el centenario de su natalicio: ¡El año señalado!

Además, porque en las instalaciones de la Biblioteca albergamos en nuestras colecciones patrimoniales, gran cantidad de documentos y archivos dispuestos para la ciudadanía que están relacionados con la historia de la ciudad y con la vida profesional y personal de Mejía Vallejo, incluso se cuenta en nuestro sitio web con archivos digitalizados de gran variedad como artículos de prensa, correspondencia, caricaturas y dibujos para consultar.

Para escritores, como Manuel, que su obra recorre la novela, el cuento, la poesía y el periodismo, lograr encontrar esa diversidad en su voz narrativa implicó momentos de profunda introspección y enfrentamiento con la hoja en blanco. Si vamos más allá, la literatura es eso, un pequeño salto de valentía, un impulso frenético por dejar salir lo que no se puede contener en la mente y que merece ser grabado en las letras.