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Emily Dickinson “Una poetisa con habitación propia”

Emily Dickinson o Emily Elizabeth Dickinson es, junto a Walt Whitman y Edgar Allan Poe, uno de los tres escritores más destacados de la poesía norteamericana en el siglo XIX. Nace un 10 de diciembre de 1830 en Amherst, Massachusetts y fallece un 15 de mayo de 1886 en Amherst.

Poetisa de corte lírico que vivió autoconfinada en su hogar; si Whitman elige aislarse de la sociedad para involucrarse con la energía vital de la naturaleza, Emily Dickinson lo hará entre las cuatro paredes de la habitación de hogar. Sus pocas referencias biográficas afirman que, de sus 1.800 poemas conocidos en la actualidad, tan solo 10 de ellos habían visto la luz pública durante su vida. Algunos de ellos en forma epistolar con un reducido grupo de amistades.

De la correspondencia de sus amigos solo quedan pocas cartas y muchas cenizas, pues era costumbre aristocrática para la época, quemar por pudor y discreción la correspondencia personal de quien fallecía. Así lo afirma Laura Freixas, reconocida novelista, ensayista, feminista e investigadora española.

El estilo de Dickinson y de sus versos está relacionado con una forma libre de escritura para la época, de las reglas habituales de la versificación e incluso de su gramática, excepcionalmente audaz y original. Sus versos se distinguen por su compresión epigramática, cortos, breves y de estilo más satírico que sentencioso. Su inquietante voz personal, su enigmática brillantez y su tono bizarro, poco secular y canónico, la distinguen entre las primeras mujeres poetas o poetisas de la modernidad.

Era la segunda de tres hijos, creció en un entorno de privilegios con fuertes vínculos locales y religiosos. Durante sus primeros nueve años, residió en una mansión construida por Samuel Fowler Dickinson, su abuelo paterno, quien había ayudado a fundar la Universidad de Amherst, institución de estudios superiores para hombres y que posteriormente admitirá mujeres como la joven Dickinson. Su padre, Edward Dickinson, era un abogado próspero que se desempeñó como tesorero de la Universidad y quien fuera posteriormente, elegido para un mandato en el Congreso de los Estados Unidos. Su madre, Emily Norcross Dickinson, era una esposa introvertida, dedicada al hogar y trabajadora.

Emily se encariñó mucho con su hermano Austin y su hermana Lavinia. Las dos hermanas nunca se casaron y cuando su hermano se casó, él y su esposa establecieron su propia casa al lado de la casa paterna. Las personalidades diversas y excéntricas de los tres hermanos impusieron límites estrictos a su intimidad. Solo después de la muerte de la poetisa Lavinia y Austin, se dieron cuenta de lo dedicada que estaba su hermana a su arte. Siendo aún niña, sus padres y allegados la consideraban un ser frágil y a menudo, la mantenían en casa sin acudir a la escuela.

Asistió a la Academia mixta de Amherst, donde fue reconocida por profesores y estudiantes por sus prodigiosas habilidades en la composición; destacándose, además, en otras materias impartidas por la academia, sobre todo en latín y ciencias. Una clase de botánica la inspiró a armar un herbario que contenía una gran cantidad de plantas identificadas por sus nombres en latín. Les tenía cariño a sus maestros, pero cuando dejó su casa para asistir al Seminario Femenino Mount Holyoke, encontró desagradable el tono institucional de la escuela. Las estrictas reglas y las prácticas religiosas invasivas, junto con su propia nostalgia y su creciente rebeldía, ayudarán a explicar por qué no regresó.

Emily en su juventud tomó distancia de las tradiciones religiosas de su familia asentadas en el calvinismo; sin embargo, por los contenidos de algunos de sus versos, parece haber conservado la creencia en la inmortalidad del alma o al menos haberla transmutado en una búsqueda romántica de lo trascendente y lo absoluto. En esto estuvo influenciada tanto por el trascendentalismo de Emerson como por las tendencias de mediados de siglo de la ortodoxia protestante liberal. Estas influencias la empujaron hacia una comprensión más simbólica de la verdad religiosa y la ayudaron a moldear su vocación como poeta.

“Dicen que Dios está en todas partes y, sin embargo, siempre pensamos que es un recluso”.
-Emily Dickinson.

Su obra básica se conformó luego de su fallecimiento, en forma epistolar y versada, incluso de textos que compuso desde los 11 años en adelante. Enviaba a sus hermanos y a su reducido círculo de amigos, cartas acompañadas por el humor, las anécdotas, la invención creativa y la reflexión sombría. Textos cargados de referencias sobre el amor, la soledad y la muerte.

La muerte visitó los contextos de la poetisa el 15 de mayo de 1886, dos años prolongados de mala salud. Desde la muerte de su sobrino en octubre de 1883, su salud comenzó paulatinamente a empeorar, repentinos desmayos y una seguidilla de malestares de los cuales no pudo recuperarse. El certificado de defunción dicto “Enfermedad de Bright”, definición para la época de la enfermedad de los riñones. En una hermosa tarde de mayo, el cuerpo vestido de blanco de Emily Dickinson yacía en un ataúd del mismo color. El ex pastor de la familia, el reverendo Jonathan Jenkins y Thomas Wentworth Higginson dirigieron ese día una oración.

Hoy su casa paterna es un museo que con frecuencia es visitado por los seguidores de su literatura. Allí le sobrevive su habitación propia, ese pequeño reducto del universo donde produjo y creo, acompañada de sus amigos, o como ella dijera: por “los más queridos de los tiempos, los amigos más fuertes del alma: Los libros”.

Frases:

  • “Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro”.
    Emily Dickinson.
  • “Los que son amados no pueden morir, porque amor significa inmortalidad”.
    Emily Dickinson.
  • “Todo mi patrimonio son mis amigos”.
    Emily Dickinson.
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