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CUANDO PENSAMOS EN HORACIO GIL OCHOA, NO SÓLO PENSAMOS EN UNA CÁMARA Y EN UNA BICICLETA.

Cuarenta años de historia contienen el Fondo fotográfico de Horacio Gil Ochoa,  que preserva y difunde, la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Son cuatro décadas de trabajo gráfico y reporterismo entre  1958 y 1998 donde  Horacio  Gil Ochoa surge  como  uno de los últimos fotógrafos análogos que registró los modos y las modas de la sociedad de Medellín, en la segunda mitad del siglo XX.  Gracias al dinamismo dejó un acervo no sólo de gran tamaño, sino diverso. 

Considerado uno de los reporteros gráficos más destacados y dinámicos  de Colombia, Gil Ochoa  se  destacada entre las figuras del reporterismos gráfico, de  las últimas décadas del siglo pasado. Su registros de reportero gráfico de las distintas vueltas a Colombia  le mereció, y aún le merecen, amplio reconocimiento nacional e internacional. Horacio Gil registro con su lente las proezas de las glorias mas legendarias del ciclismo colombiano: Ramon Hoyos y Matín Emilio Rodriguez “Chocise”, entre muchos otros.  

Queremos sacar  a la luz algunos de los temas que conforman la miscelánea de imágenes de las historias que guardan cerca de 300.000 negativos, cuidadosamente registrados en 15.500 títulos que, entretejidos, nos narran los diferentes aspectos que forman la sociedad en un tiempo determinado; cuatro décadas que muestran  el nacimiento, evolución y transformación física de una ciudad como Medellín, que como en  oasis se erige en medio de las montañas , pero también el pensar, sentir y amar  de sus habitantes.

Gil 8ª,  así se  firmaba, fue uno de los que abandonó el gabinete, el estudio fotográfico y fue con su pequeño artefacto a clubes, salones, restaurantes y hoteles;  para registrar  fiestas, bailes, reuniones de negocios, así como  celebraciones y fiestas empresariales con empleados y obreros.  Nuestro fotógrafo, además, entró a muchos templos y capillas para fotografiar los momentos importantes en la vida de los individuos como: el bautizo, la primera comunión,  matrimonios y  bodas.  También entró a residencias temporales  recorriéndolas  con su lente, por eso entre sus registros vemos:  salas, comedores, patios y habitaciones.

La economía antioqueña tampoco escapó de su mirada. Gil vio crecer empresas textiles y dejó testimonio del nacimiento de otras relacionadas con la industria metalmecánica, química y la producción de papel.

Registró además  los icónicos de industria de la región:  Almacenes Ley, Primavera, El Kilo, Croydón, ABC, Mora Hermanos y Mil Variedades, y en su gabinete de fotos  hay imágenes de los primeros pasajes y centros comerciales del centro  de Medellín.  ¿Tienen algún significado para usted los nombres Roberesco, Insumar o El Paso?

Imágenes de la Escuela de Finanzas, Universidad Femenina, Instituto Colombo-Europeo y Escuela Militar, acompañan la historia de la educación en Antioquia. Continuamos revisando cuando aparecieron  también los jardines infantiles, escuelas y colegios. En los que además de las instalaciones físicas, registró actos públicos, fiestas y campeonatos deportivos.

Al describir el contenido del Fondo Horacio Gil Ochoa surgen otros temas de interés. Tal es el caso de la publicidad que realizó para catálogos de ventas, fotografías de mostrarios de frascos, estuches, avisos, cristalería, calzado, maletas, muebles, cabinas, carros de carga y productos plásticos. 

Y para culminar el tema inicial: el deporte. Cada vez que nuestros ciclistas triunfan en el exterior, el interés se vuelca al trabajo de Gil Ochoa, en particular las recordadas Vuelta a Colombia que este fotógrafo narró fotográficamente a pesar de la geografía adversa y las condiciones poco amigables del momento.  

Registró y acompañó cientos de deportes, pero en ninguno fue tan virtuoso, como en el de las ruedas.  Registro los momentos de mayor dolor y de modesta gloria, cuando los gigantes andinos treparon la carretera que hacia el infinito arañabas las montañas de Antioquia. Pioneros como Horacio Gil Ochoa hay que traerlos de vuelta cuando el interés del presente es unir trozos del pasado.

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