Dicen que el alma trae una memoria que contiene las huellas de quienes hemos sido. Por eso, hablar de nuestros ancestros es un camino a la identidad, a preguntarnos de dónde venimos, quiénes somos y para dónde vamos. La ancestralidad es el legado de quienes vinieron antes y en nosotros está la responsabilidad de conocer nuestra historia individual que viene de más de siete generaciones; comprender la magnitud e importancia de las raíces, puede hacer mucho más consciente el caminar de la vida misma.

La historia de la humanidad es una danza constante entre el pasado y el presente. Nuestras tradiciones, creencias, idiomas y visiones del mundo hacen que cada cultura sea única en esencia. Nos comunicamos y nos relacionamos a partir de lo que conocemos, que naturalmente viene de una comunicación genética, heredada de nuestros padres o abuelos y del conocimiento adquirido a través del relacionamiento en la familia, en la escuela, en el barrio, en el trabajo, en la comunidad.

Así pues, las comunidades se formaron a partir de las preguntas: ¿Qué situaciones nos reúnen? ¿En qué creemos como seres individuales? ¿Cómo puedo aportar desde mi lugar a la colectividad? Es así como los grandes líderes han surgido, porque han seguido y cuidado lo que se construyó en común acuerdo con las personas que forman una comunidad.

Sería oportuno entonces, discutir que cada vez más las personas están buscando en la literatura respuestas a sus preguntas por la existencia, tanto así que es interesante revisar que entre los 24 libros más vendidos del primer semestre del 2023, compartido por la Cámara del Libro, haya títulos como Este dolor no es mío de Mark  Wolynn o El hombre en busca de sentido de Viktor Emil Frankl que se enfocan en presentar como puede afectar en el presente, situaciones o sucesos que hayan ocurrido antes a nuestros familiares.  

Cuando en la Biblioteca Pública Piloto decimos que somos la Casa de Todos, es porque comprendemos que más allá de las nacionalidades y las ideologías somos seres humanos, complejos y diversos, con muchas cosas en común que nos hacen parte de un todo. Por eso, este tiempo que hemos estado dando ‘La vuelta al mundo en 27 bibliotecas’ ha sido el pretexto perfecto para visitarnos entre bibliotecas, además de compartir y reconocernos desde la cultura, los saberes, la literatura y la memoria.