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Un breve recorrido por el Nadaísmo

“Si el nadaísmo no te salva
No pongas el grito en el cielo
Ponlo en la tierra
Para que tiemble.”

Este poemita, como lo llamó Gonzalo Arango en una de sus cartas, lo hizo una noche con el comandante Pablus para que juntos se sacudieran la soledad de la solapa donde se les había enroscado como una soga.

En el Archivo del Movimiento Nadaísta que conserva la Sala Antioquia, se puede encontrar esta carta y más correspondencia, también se conservan manuscritos y mecanuscritos de poemas y textos, artículos de prensa, entre otros. Estos documentos cuentan rasgos de la vida de aquellos poetas que a través de sus escritos pensaban darle un vuelco al mundo.

un breve recorrido por el nadaismo

Haciendo un recorrido por el archivo nos encontramos en primer lugar con Gonzalo Arango, fundador del nadaísmo y quien el pasado 18 de enero del 2014 cumpliría 83 años. Él junto con un grupo de jóvenes indignados por la situación que el país afrontaba a finales de los años 50 y principios de los 60, dieron paso al nadaísmo, fruto del fastidio por los preceptos religiosos, políticos y sociales de una dura época, que condujo a estos muchachos a pensar, decir, actuar y escribir de una forma tal que se ganaron el aprecio de muchos y el desagravio de otros tantos.

El archivo no solo nos permite visualizar las obras de los escritores nadaístas desde una mirada literaria, también nos permite ver la parte más humana de la persona. En documentos como la correspondencia de Gonzalo Arango con familiares y amigos afloran la soledad, miedos, frustraciones, desengaños, y la angustia, sentimiento, este último, al que se refiere en una de sus cartas a su amigo ED:

“QUERIDO ED: ¡SOY YO… GONZALO !
ANDO ALGO DESENCUADERNADO DEL ALMA ESTOS DÍAS. NO SÉ QUÉ ME PASA. UNA ANGUSTIA SIN MOTIVO. DEBE SER LA VIDA QUE ME RECUERDA QUE ESTOY VIVO. QUÉ MISTERIO ESTO DE ANDAR POR LOS CAMINOS. NOS DESANGRAMOS POCO A POCO DE TANTO NO SABER PARA QUE VIVIR. ¡CARAMBA, ALGO ANDA MAL PARA QUE HASTA LOS POETAS NOS VOLVAMOS MALDICIENTES Y MALDITOS…”
 

 
 
 
 

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