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Frida: espejo, estrella y flor

“Si yo pudiera darte una cosa en la vida, me gustaría darte la capacidad de verte a ti mismo a través de mis ojos. Sólo entonces te darás cuenta de lo especial que eres para mí”

Frida Kahlo.

 

La vida de Frida Kahlo es una ranchera trágica y resiliente. De pequeña padeció de poliomielitis, enfermedad que dejará una huella imborrable en una de sus piernas. También fue un espejo que se miró a sí misma, y es que gran parte de sus obra pictórica y escrita es la representación de su dolor y padecimientos interiores. Pintora, poeta, irreverente, rebelde, revolucionaria, feminista, lesbiana, mujeriega, campesina, indígena, mestiza y loca.  India Tahumara, hija de la niebla; india Nahua, hija de las estrellas; india Zapoteca o hija del agua que nace, o Mixteca. Flor del cielo.
Portaba con orgullo sus raíces en las vistosas indumentarias que inspiraba en diversas culturas y regiones de México. Frida incluso añadía piezas de su propia creación. Algunos piensan que sus atuendos ocultaban la huella ruin de sus padecimientos de niña, pero, todo lo contrario, caminaba portando en sus atuendos una miscelánea, un museo de todo lo que significa la raíz de ese árbol de misturas que es ser mexicana.

Octavio Paz, refiriéndose a su obra pictórica, afirma: “Frida Kahlo fue un intenso poeta visual, pues en sus cuadros aparece con cierta frecuencia el elemento verbal, generalmente una expresión popular o un lugar común, que ella convierte en una imagen poética que, a su vez, transforma nuevamente en imagen visual… Sus imágenes visuales fueron, casi siempre, verdaderas explosiones del subsuelo psíquico, pinturas y revelaciones. De muy pocos artistas se puede decir esto. En las metáforas visuales de Frida hay una autenticidad impresionante, ante sus cuadros podemos decir: esto es verdad, esto ha sido vivido, padecido y recreado. A veces, debo confesarlo, ese pathos me abruma, me conmueve pero no me seduce. Frida se salva gracias a la intervención de sus dos grandes dones de poeta visual: el humor y la fantasía.”

Su figura ha sido llevada al cine y recreada por la industria editorial. Debemos destacar su Diario alimentado por las cadenas emocionales y físicas de la autora, y recreado con sus innumerables auto retratos, autorrevelaciones, gritos, y auto-disecciones. Todas expresiones divididas entre sus amores y padecimientos.

Su muerte ha sido- y aún es- motivo de diversos comentarios. Murió en 1954 a los 47 años, a causa de múltiples secuelas: el accidente de tránsito que sufrió en la adolescencia, así como de la “Espina Bífida”, penosa enfermedad que le produjo úlceras y que afectaron su espina dorsal, los nervios y el líquido cefalorraquídeo.

Aquí está la heroína y creadora, la que con colores y palabras construyó el espejo de su propio corazón y el bálsamo, el de Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón. Descubre su vida y obra en nuestra Biblioteca.

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