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La metanovela y los relatos de Luis Goytisolo

Hoy figuran como prominentes cultivadores de la literatura los hermanos José Agustín (1928-1999), Juan (1931) y Luis (1935) Goytisolo, apellido que se encuentra asociado al pueblo vasco español y su decendencia la podemos encontrar esparcida en diferentes nacionalidades. En América Latina el apellido aparece en naciones tan diversas como Perú, Argentina y Cuba. En España el apellido Goytisolo no solo figura entre el pueblo vasco sino en los pueblos de origen catalán donde es sinónimo de escritores, poetas y narradores.

La guerra les arrebató la vida de su madre durante el bombardeo de 1938 sobre la ciudad de Barcelona, a cargo de las tropas fascistas italianas. Los datos del bombardeo afirman la muerte de más de novecientos civiles, entre los que se registran un centenar de niños. Una prueba, un experimento monstruoso, un coctel de horrores esparcidos sobre civiles… El haber vivido su infancia durante la Guerra Civil Española, crecer dentro de una larga dictadura y presenciar el restablecimiento de la monarquía, fueron hechos que enmarcaron la vida de los Goytisolo.

José Agustín, el mayor de los hermanos se convertiría en uno de los más singulares representantes de la poesía social, con “Salmos al viento” (1958), hondo canto de tonos melancólicos como contundentes. La obra narrativa y ensayística, de renovación constante y autocrítica, se distancia de los convencionalismos contemporáneos para instalarse en tradición heterodoxa de las letras españolas. Mientras Juan, un autor con una amplia y diversa obra narrativa y ensayística, prohibida por la censura durante el franquismo, en España; desarrolló géneros como el reportaje, la literatura de viajes o las memorias. Sobre la afinidad literaria que tuvo junto con sus hermanos, Luis Goytisolo expresó a un medio español: “Los tres escribíamos desde pequeños –Juan y yo en la misma habitación- pero no teníamos ninguna relación literaria entre nosotros: ninguno sabía lo que escribía el otro. José Agustín se vino a Madrid a estudiar y no se enteró hasta que no publiqué Las Afueras”.

En la década de los sesenta la dictadura española olfateaba comunistas y rojos. Para la época Luis Goytisolo es apresado por asistir en Checoslovaquia a VI Congreso de partidos de izquierda. Cuatro meses de detención y cinco semanas de aislamiento total por la huelga de hambre originada por un interno vasco. En hojas de papel higiénico y en completo aislamiento, el autor bocetea la estructura de su obra colosal Antagonía, escrita en cuatro partes: Recuento (1973), Los verdes de mayo hasta el mar (1976), La cólera de Aquiles (1979) y Teoría del conocimiento (1981). Luis empezó a escribir la novela el 1 de enero de 1963 y tardó diecisiete años en finalizarla; según el autor, concibió el libro durante su reclusión en la cárcel de Carabanchel.

La obra con elementos abundantes de metanovela, pues es una obra que no se refiere sólo a un mundo representado o ficcionado, sino, que dentro del contexto novelesco hace referencias a la propia estructura y claves en la construcción de una novela, de manera semejante que cuando usamos el lenguaje para hablar de sus reglas o códigos lo llamamos metalenguaje. Prueba de esto es que la obra es referenciada por aquellos que buscan realizar un texto con características de novela, debido a que el autor hace en su interior una reflexión casi crítica sobre la estructura misma de ésta, partiendo de los obstáculos que tiene el escritor con e1l o los personajes.

Luego vendrán una seguidilla de obras narrativas que lo posicionarán no solo como uno de los más prolíficos escritores hispanoamericanos, sino como un auténtico autor con estilo y voz propia entre las letras hispanoparlantes. Entre 1958 y 2012 el escritor realizaría más de 10 obras de estilo narrativo, entre las que se destacan: Las mismas palabras, 1963; Estela del fuego que se aleja,1984; Investigaciones y conjeturas de Claudio Mendoza, 1985; La paradoja del ave migratoria, 1987; Estatua con palomas, 1992; Diario de 360º en el 2000 y Liberación de 2003.

En el 93 Goytisolo gana el Premio Nacional de Narrativa en España, máxima distinción comparable al Premio Cervantes de las letras. El jurado del Premio Nacional de las Letras, integrado por representantes de destacadas instituciones dedicadas a la lengua y a la literatura, afirmó como motivación para este reconocimiento, lo siguiente: “Supone un hito en la reciente historia de la novela española al aunar historia, narración y reflexión literaria.” En 1995 toma posesión como miembro de la Real Academia Española de la Lengua (RAE). A partir de ese año el escritor es designado uno de los 46 miembros encargados de regular la elaboración de reglas normativas para el idioma español, con el fin de conservar su unidad en los territorios hispanohablantes. Estas normas están recogidas y plasmadas en el Diccionario de la lengua española (DRAE), que abarca tanto la gramática como la ortografía.

En 1999 lanzó, con la colaboración de Elvira Huelbes, la Editorial Goytisolo, encargada de la publicación de títulos relacionados con la familia. Ese mismo año publicó “Escalera hacia el cielo”, novela en que muestra una trama entre marañas y equívocos característica de la comedia. Posteriormente profundizó en el experimentalismo literario con Diario de 360º (2000), Liberación (2003) y Oído atento a los pájaros (2006).

La Editorial Anagrama en el 2017 recuperó para los lectores ‘Las afueras’, ópera prima del barcelonés, ganadora del Primer Premio Biblioteca Breve en 1958. “Nunca he retocado ni enmendado nada de lo que he publicado. Así se escribió y así regresa ahora”, expresa el casi nonagenario escritor. Estructurada en siete capítulos en apariencia independientes, a la manera de relatos autónomos, la obra propone una unidad con una filigrana superior en la que se entrecruzan una serie de historias que trazan una suerte de fresco de la sociedad barcelonesa de posguerra, desde la vertiginosa clase popular hasta la burguesía acomodada.

Dice Goytisolo: “Fue un ensayo, un inicio de camino, y desde ese punto de vista aún se aguanta bien”, lo expresa con humildad. Lo cierto es que la precisión de su estilo y el diseño de su estructura narrativa ya lo quisieran para sí, muchos de los narradores contemporáneos. “Se decía que no era una novela, que era una colección de relatos que sólo se unían entre sí por la repetición de algunos nombres”, señala el autor. “Y el otro equívoco de entonces era entenderla como una novela social, y yo no pretendía eso. No sabía que buscaba, pero no me insatisfacía del todo porque conseguí que fuera una novela de composición mixta entre lo que proponía yo y lo que aportaba el lector”, explica.

En varias ocasiones Luis Goytisolo ha sido nominado al premio Nobel de Literatura, pero esa postulación a sus 87 años no lo impacienta. Son ya muchos los años que un ibérico autentico no gana ese reconocimiento. Nos referimos a Camilo José Cela quien en 1989 obtuvo tal distinción. Otros podrán pensar que el inca con ínfulas nobiliarias y nacido en Arequipa lo pudo también ser, pero la pluma del peruano es latinoamericana hasta el tuétano. Aunque el marqués de las indias diga lo contrario. Esperemos que a Luis Goytisolo le alcance el tiempo para una nueva postulación, porque el talento y creatividad los tiene y de esa manera las tierras que vieron nacer el español tengan un nuevo representante en los premios de Estocolmo.

“Si hay imágenes que valen por mil palabras, hay páginas, hay frases, hay palabras, que valen por un millón de imágenes”. 
Luis Goytisolo.

 

“El ser humano ha conocido tiempos más sombríos; tan bobos, posiblemente no. Decididamente el mundo está más necesitado que nunca de un pensamiento estoico adecuado al presente, de un neoestoicismo. O de un nuevo epicureísmo. De cualquiera de los dos. O mejor: de los dos”. 
Luis Goytisolo. Frustración y narcisismo.

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